El futuro de la movilidad experimentará un profundo cambio en los próximos años a partir de la llegada de los nuevos vehículos eléctricos y autónomos. A pesar de que las ciudades están trabajando en la adaptación de estos soportes en cuanto a logística y normativa, los carburantes alternativos serán el engranaje óptimo para garantizar el respeto al medio ambiente y ofrecer alternativas adaptables.
Podemos definir los combustibles alternativos como aquellos desarrollados para sustituir a los fósiles o derivados del petróleo y que son más respetuosos con el entorno. El objetivo es generar materias primas más naturales que ofrezcan una mayor accesibilidad para todos. Entre los combustibles alternativos más comunes, podemos destacar los tres siguientes:
Apostar por estas tres opciones no sólo implica un beneficio para el medio ambiente, también es una ventaja en la gestión de las materias primas con el fin de acceder a recursos de forma eficiente.
Sin embargo, ¿qué necesidades hay que tener en cuenta para la implementación de la Smartcity?
Puesto que ya se trabaja en los vehículos conectados a través de la tecnología y de la implantación de sensores, la adaptación de estos combustibles es vital para crear un ecosistema automovilístico responsable y concienciado con el fin de conseguir y obtener las fórmulas más efectivas para todos.
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