El pasado 1 de octubre se celebró en Málaga una jornada técnica que llevaba por título “Experiencias Recientes y Desafíos Futuros en la Conservación de Pavimentos Urbanos“. Atraído por el sugerente título, no dudé un segundo y solicité mi inscripción, en esta ocasión presencial.
La convocatoria fue un éxito de participación no sólo en el acogedor salón de actos, sino también en Internet. Gracias a Itafec, que desplegó todos sus medios, el evento pudo ser seguido “on line” y el seguimiento en las redes, tan habitual ya en éste tipo de encuentros, con el Hastag #ConservacionViariaMalaga.
Mucha expectativa en la sala y sobre la mesa un modelo de gestión de la CONSERVACIÓN DE LA VÍA PUBLICA, del que se hablan maravillas.
Como creo que de estas jornadas uno debe de obtener provecho y no olvidar lo aprendido, quería dejar constancia de las cosas que me rondaron la cabeza durante dicho acto.
PRIMERO: Un Plan es un Plan si dispone del tiempo suficiente
Impactado por la intervención, del alcalde de Málaga, D. Francisco de la Torre (pocas veces un perfil 100 % político sabe hablar con tanta naturalidad y precisión en un acto de carácter técnico), lo primero que me rondó la cabeza es la durabilidad del Plan. Fue en 2004, cuando el ayuntamiento de Málaga pone en marcha un modelo de gestión distinto al convencional para gestionar la conservación del “pavimento urbano”. Este tipo de modelos, están muy condicionados a los cambios de gobierno, y la mayor parte de los planes que se inician, se quedan a medio camino, sin una posibilidad real de ver la eficacia de su puesta en funcionamiento. Por tanto, considero que si a la vuelta de 9 años, podemos comprender que el modelo funciona es gracias a que el Plan ha soportado el paso del tiempo sin ser desmantelado por un cambio de gobierno en la ciudad.
SEGUNDO: Todo en la ciudad está por definir
De la primera intervención ejecutada con la maestría natural de D. Ángel Sampedro, me quedó la gratificante sensación de que, en la ciudad, en sus calles, sus pavimentos y con este tipo de modelos de gestión, está todo por hacer. Apuntaba en su ponencia, que “en carreteras, tenemos suficiente información para construir y conservar, pero en lo que a la vía pública se refiere, está todo aún por definir “. Este es el verdadero punto de partida. En “Manual de Conservación de los pavimentos en la red Viaria Urbana”, de D. Francisco Rama Labrador, se muestra un perfecto documento a modo de catálogo de los posibles deterioros y operaciones de conservación a llevar a cabo. Sin embargo, creo que existen un problema de base en cuanto a los cimientos de los que se parte. Me refiero a que en la vía pública no podemos partir de datos similares a los empleados por la norma 6.1 de Carreteras. No es el mismo tipo de tráfico, no existen las mismas categorías de explanadas, y tampoco son los mismos mecanismo de rotura. Pensando sobre todo en el diseño y dimensionamiento hay muchos más materiales para pavimentar, mayor heterogeneidad en las explanas y por ello creo que es preciso caracterizar bien primero las vías. Así señalaba en su ponencia, que desde la UAX, se están dando los pasos necesarios para poder conformar un documento para el dimensionamiento específico de las calles. En la ciudad todo se multiplica, dada la heterogeneidad de la construcción de la ciudad en el pasado, así como los diferentes materiales que existen para pavimentar no solo la calzada de la calle, sino las aceras, las vías ciclistas, y las zonas de estacionamiento. Apuntaba, además, mojándose como él mismo reconoció que la política de conservación para este tipo de modelos debiera ser de una duración de 3+3.
TERCERO: La demanda externa al margen de la gestión municipal
De la ponecia de D. Miguel Ángel Sóler, aparte de la curiosa interpretación del logo de Conservación Viaria Málaga, me quedó una inquietud algo visionaria de los modelos de respuesta futuros para este tipo de servicios. En mi opinión, en la actualidad, gracias sobre todo a las redes sociales, (twitter en especial) conseguir que una demanda sea atendida es bastante asequible. Me explico: Si quieres demandar una necesidad, advertir de un deterioro en la vía pública, reclamar una deficiencia o incluso recriminar la falta de atención a la conservación, bastaría con realizar denuncia pública, vía Tweet, por ejemplo, mencionando al responsable de atenderla. Gracias a este tipo de contratos las administraciones públicas tan interesadas en mantener su intachable conducta, sobre todo en las RRSS, puede redirigir estas denuncias a un ente externo de gestión privada.
Además gracias a los sistemas GECOR ( http://www.slideshare.net/cues7a/presentacin-gecor-1286701 ), las incidencias se canalizan de manera automática, por lo que el dolor de cabeza que supone a un ayuntamiento el atender dichas demandas, queda prácticamente fuera su gestión, siendo su única función la de dotar de presupuesto, inspeccionar, auditar y hacer el seguimiento del contrato firmado con la empresa o empresas privadas.
CUARTO: Un traje a medida
De la ponencia de D. Francisco Martín Moreno, quizá el verdadero sabedor de cómo poner en marcha un sistema de estas características, me quedo con la expresión que resumía en sus conclusiones. “Un traje a medida “. De la misma manera que podemos vislumbrar la posibilidad de exportar estos modelos de gestión a otras ciudades, antes hay que comprender como funcionan y si de verdad tiene cabida un sistema de conservación como éste. No todas las ciudades son iguales ni se comportan ni se gestionan de la misma manera. Quizá uno de los éxitos del buen funcionamiento de este modelo para la ciudad de Málaga, viene predeterminado por el sistema ideado de gestión municipal por distritos. Por eso la creación de un software de gestión donde los responsables de los distritos pueden analizar la gestión llevada a cabo, es importante, y nos da la idea de que dicho software no deja de ser un traje a medida para quien lo diseña y explota. Poco se habló, eso sí, de sistemas GIS muy desarrollados en ciudades como Barcelona, pero no seré yo el que proclame a favor de mantener en plantilla a ratillas de laboratorio que actualicen tan complejos inventarios.
QUINTO: ensayo y error si, pero con cabeza
La excelencia de las jornadas vino de la mano de D. Fernando Catalá Moreno, quien, en su primera diapositiva, ponía de manifiesto la labor para la que fue encomendado con tan sólo 25 años, por el ayuntamiento de Madrid, dada la problemática existente con la libre apertura de zanjas. En su ponencia, se desgranó la evolución de lo que supuso la intervención de una gestión centralizada, en un ayuntamiento como el de Madrid en esos años. Lo verdaderamente impactante, era observar que dicha evolución respondía en muchas ocasiones en poner en marcha propuestas a modo de ensayo y error, que sólo el paso del tiempo, y apoyados por el valor de ley que no es otro que el económico, fueron desarrollándose a lo largo de los años, hasta conseguir un control exhaustivo y un orden de magnitud de lo que se escondía en el sub-suelo de la capital.
En definitiva, unas jornadas para reflexionar, ya que en opinión del que escribe, estos modelos serán exportados a otras ciudades y pueden significar un futuro prometedor para el oficio de muchos ingenieros.
Fuente: MI QUIJOTERA
Diseño Plan D